Sus cúpulas en forma de bulbos y sus minaretes azules de reflejos metálicos --radiantes, coloridos y frágiles como el cristal-- semejan escenarios de fantasía surgidos de un cuento de Sherezade. Pero son reales y están ahí, en el actual Irán, asombrándonos todavía con su esplendorosa belleza, para ilustrar sobre las increíbles e inagotables posibilidades del arte del azulejo aplicado a la arquitectura.
Isfahan (Irán). Medersa Chahar Bagh. Gran cúpula bulbosa de loza vidriada sobre el santuario principal.
Teheran (Irán). Bazares cubiertos, con bóvedas estrelladas y lucernarios (siglo XIX).
Vía:Fotoaleph