El ingenio, que cuesta unos 80 euros, no necesita ni siquiera corriente eléctrica, porque se alimenta del propio gas que se usa para confeccionar el refresco. Este se compra, al igual que los sabores de la bebida. Hay 12 sabores, como cola Zero, mango con naranja, limonada, tónica o ginger ale. Y cada concentrado, de medio litro, sirve para fabricar 12 litros de bebida. El jarabe cuesta en Francia unos cuatro o cinco euros, dependiendo del gusto.La botella del gas liquificado da para 60 litros de refresco y cada recambio sale por unos 10 euros. El recipiente de cristal que se usa para volcar el contenido también es reciclable. "Puedes estar hasta tres años con la misma botella", explica Manuel Oberman, director de desarollo de negocio, que está en conversaciones con algunos distribuidores para traerlo a España el próximo verano. Ahora se vende en Francia, Suecia y Alemania.
Vía:El periodico
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