domingo, 23 de mayo de 2010

Bonnie & Clyde

Hoy hace 76 años de su muerte. Bonnie Elizabeth Parker (1 de octubre de 1910 – 23 de mayo de 1934) y Clyde Champion Barrow (24 de marzo de 1909 – 23 de mayo de 1934) fueron unos famosos forajidos, ladrones y criminales de Estados Unidos durante la Gran Depresión. Bonnie y Clyde captaron la atención de la prensa americana y fueron considerados como "enemigos públicos" entre 1931 y 1935. Aunque la banda fue conocida por los robos a bancos, Clyde Barrow prefirió el robo a pequeños comercios y gasolineras. Aunque el público creyó que Bonnie era la líder de la banda, el rol de Bonnie Parker sigue siendo materia de estudio y controversia. Miembros de la banda como W.D. Jones y Ralph Fults testificaron que nunca vieron a Bonnie coger una pistola y que su rol se circunscribía a temas logísticos.[1] El testimonio de Jones fue: "Bonnie nunca cogió un arma, estuvo ausente de los grandes tiroteos." Phillip Steele señala en The Family Story of Bonnie and Clyde, una entrevista con Marie Barrow, hermana pequeña de la familia Clyde, en la que asegura que "Bonnie nunca dio un solo tiro. Tan solo siguió a mi hermano sin importarle dónde."[2] En esta entrevista realizada a Playboy, W.D. Jones dijo de Bonnie: "Por lo que yo sé, Bonnie nunca encañonó un arma. Quizás ella necesitara llevarla en el coche. Pero durante los grandes tiroteos, yo nunca la vi con un arma".[3] En su artículo "Bonnie and Clyde: Romeo and Juliet in a Getaway Car", el escritor Joseph Geringer explica que Bonnie y Clyde gozaron de la simpatía de parte de la sociedad norteamericana, comparándolos con unos Robin Hood modernos y que, gracias a su muerte trágica, los encuadró en la leyenda.
Hasta que aproximadamente a las nueve de la mañana del 23 de mayo los cazadores, se escondieron entre los arbustos y se prepararon para disparar cuando escucharon la llegada del Ford V8 robado por Clyde acercándose. El informe policial escribió que Clyde se paró a hablar con el padre de Henry Methvinr — que parqueó su camión esa mañana para distraer a Clyde y forzarlo a estar más cerca de los policías emboscados — los hombres de la ley abrieron fuego, matando a Bonnie y Clyde. Según el levantamiento de los cadáveres, el coche contaba con un total de 167 agujeros de bala. La cuadrilla, bajo las órdenes de Hamer, no dio la señal de alto,[18] o de rendición. Clyde murió de forma instantánea por una bala en la cabeza, disparada por Oakley. Bonnie no murió tan rápidamente como Clyde.[25] Los oficiales tuvieron órdenes específicas de vaciar los cargadores de sus fusiles y de sus pistolas. Según las declaraciones de Ted Hinton y Bob Alcorn en el Dallas Dispatch el 24 de mayo de 1934: "Cada uno de nosotros tenía una escopeta, un fusil automático y pistolas. Abrimos fuego con los automáticos. [sus cargadores] Se vaciaron antes de que el coche llegara a nosotros. Entonces usamos las escopetas. Había humo en el coche, y parecía que se iba a incendiar. Después de vaciar las escopetas, vaciamos las pistolas en el coche, que pasó por delante de nosotros y rodó 50 yardas por la carretera. Continuamos disparando incluso después de que el coche se parase. No teníamos otra alternativa."[26] Después del tiroteo, los oficiales inspeccionaron el vehículo y descubrieron un pequeño arsenal compuesto por fusiles automáticos robados, escopetas semiautomáticas, pistolas diversas y varios millares de cartuchos, además de quince matriculas de diversos estados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la mejor historia de intencidad en adrenalina sus vidas fueron unidas x un destino ke amaron y acompañaron durante su corta pero activa vida sin duda una locura su
amor pero kien no desea vivir tan ligado a un deseo .